La ecocardiografía Doppler emplea ondas sonoras para producir una imagen del corazón y ver cómo funciona. Según el tipo de estudio ecocardiográfico que se realice, puede determinarse el tamaño, la forma y el movimiento del músculo cardíaco. Este estudio también puede mostrar cómo funcionan las válvulas cardíacas y cómo circula la sangre por el corazón. La ecocardiografía Doppler también puede suministrar información sobre las arterias.
Una medida que típicamente se toma durante una ecocardiografía Doppler es la fracción de eyección del corazón. Durante un latido cardíaco, que es una acción de bombeo en dos fases, el corazón se comprime (contrae) y a continuación se relaja. Cuando el corazón se contrae, expulsa (o eyecta) la sangre de las cavidades inferiores, denominadas «ventrículos». Cuando el corazón se relaja, los ventrículos se llenan de sangre. Por más fuerte que sea la contracción, el corazón nunca eyecta toda la sangre de los ventrículos. La fracción de eyección es el porcentaje de sangre expulsada de un ventrículo con cada latido.
Como el ventrículo izquierdo es la principal cavidad de bombeo del corazón, típicamente se mide la fracción de eyección del ventrículo izquierdo. Esto se denomina «fracción de eyección ventricular izquierda» o FEVI. La FEVI en un corazón sano es de entre un 55 y 70 por ciento. La FEVI puede ser menor si el músculo cardíaco ha sido dañado por un ataque cardíaco, una insuficiencia cardíaca u otro problema del corazón.
La ecocardiografía Doppler emplea ondas sonoras de alta frecuencia (también denominadas «ondas ultrasonoras») que permiten obtener una imagen animada del corazón. Las ondas sonoras se transmiten por el cuerpo por medio de un transductor, que es un aparato parecido a un micrófono. Las ondas sonoras rebotan del corazón y vuelven al transductor en forma de ecos. Los ecos se convierten en señales eléctricas que producen imágenes del corazón que pueden observarse en una pantalla de televisión.
Ecocardiografía – Instituto del Corazón de Texas (Texas Heart Institute)