El tabaquismo y el corazón

El tabaquismo y el corazón – Texas Heart Institute Heart Information Center

 

El tabaquismo y el corazón

 

La mayoría de las personas saben que fumar cigarrillos y productos que contienen tabaco aumenta el riesgo de sufrir cáncer de pulmón y problemas respiratorios, pero pocas saben que también aumenta mucho el riesgo de sufrir enfermedades del corazón, enfermedad vascular periférica (enfermedad de las venas que llevan sangre a los brazos y las piernas) y aneurisma de la aorta abdominal.

Según los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), los efectos del tabaquismo son responsables de cerca de 443.000 fallecimientos al año en los Estados Unidos, es decir, provocan casi 1 de  cada 5 muertes. De hecho, el tabaquismo causa más muertes al año que las que causan juntos el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el consumo de drogas, el consumo de alcohol, los accidentes automovilísticos,   los suicidios y los asesinatos. Además, cerca del 90% de las muertes por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se deben a que esos pacientes eran fumadores.

 

Cigarros

 

¿Qué efectos causa el tabaquismo en el corazón?

 

Las investigaciones han demostrado que el tabaquismo acelera la frecuencia cardíaca, contrae las arterias principales y puede ocasionar alteraciones en el ritmo de los latidos del corazón. Todo esto hace que el corazón se esfuerce más. Fumar también aumenta la presión arterial, que a su vez aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares.

Aunque la nicotina es el principio activo más importante del humo del tabaco, otras sustancias y compuestos químicos, como el alquitrán y el monóxido de carbono, también perjudican el corazón de muchas maneras. Estas sustancias provocan la acumulación de placa grasa en las arterias (aterosclerosis), posiblemente al lesionar las paredes de los vasos sanguíneos. También afectan las concentraciones de colesterol y de fibrinógeno (una sustancia que contribuye a la coagulación de la sangre), aumentando así el riesgo de que se forme un coágulo sanguíneo, que puede causar un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

Ningún grado de tabaquismo es «inofensivo». Incluso las personas que fuman poco o que solo fuman de vez en cuando sufren lesiones del corazón y los vasos sanguíneos. Además, las mujeres que fuman y toman anticonceptivos orales y los fumadores que sufren diabetes corren un riesgo mucho mayor de sufrir un ataque cardíaco y un accidente cerebrovascular.

 

¿Qué efecto tiene en otras personas el hecho de que yo fume?

 

 

 

Cuando usted fuma, pone además a otras personas en peligro. Según la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), cerca de 40.000 personas mueren cada año en los Estados Unidos debido a  enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos causadas por el tabaquismo pasivo.

El tabaquismo pasivo se asocia a problemas respiratorios crónicos, especialmente en los niños. También puede causar cáncer y enfermedades del corazón en personas que nunca han fumado. Los niños y los adolescentes corren más riesgo de sufrir enfermedades del corazón cuando lleguen a la edad adulta porque el tabaquismo pasivo disminuye las concentraciones de «colesterol bueno», eleva la presión arterial y causa lesiones en el corazón. El tabaquismo pasivo es particularmente peligroso para los bebés prematuros que tienen síndrome de dificultad respiratoria del recién nacido y para los niños que sufren asma. Se ha demostrado además que los  niños que están expuestos al tabaquismo pasivo tienden a tener más líquido en el oído medio, lo cual conduce a infecciones del oído.

 

¿Por qué debo dejar de fumar?

 

 

Según la Asociación Americana del Corazón, el tabaquismo es la más importante de las causas previsibles de muerte en los Estados Unidos. En cuanto usted decide dejar de fumar, ya ha dado un paso en dirección a tener un corazón más sano y un riesgo menor de sufrir enfermedades del corazón. Sin embargo, dejar de fumar también le reportará otros beneficios:

Vivirá más tiempo. Las estadísticas de la Asociación Americana del Corazón muestran que las personas que dejan de fumar entre los 35 y los 39 años pueden sumarle entre 6 y 9 años más en promedio a la duración de la vida.

Recuperará los sentidos del gusto y el olfato. El tabaquismo se asocia a la incapacidad de distinguir olores y  a disminución del sentido del gusto.

Se sentirá más saludable y se verá mejor. En cuanto deje de fumar tendrá más energía, podrá hacer ejercicio durante más tiempo y la piel y la dentadura tendrán mejor aspecto.

Disminuirá el riesgo de contraer otras enfermedades. En las personas que dejan de fumar se reduce inmediatamente el riesgo de presentar cáncer de pulmón y de garganta, asma, EPOC, cataratas y enfermedades de las encías.

¿Cómo dejo de fumar?

 

Para lograrlo, debe estar listo para dejar el hábito. Recuerde que la mayoría de los fumadores lo intentan muchas veces antes de tener éxito. A continuación encontrará unos cuantos consejos:

 

  1. Fije una fecha para dejar de fumar. Algunos fumadores prefieren elegir un día que signifique algo para ellos, como un cumpleaños o un aniversario.
  2. Saque de la casa, del auto y del trabajo los cigarrillos y otros productos que contengan tabaco. Deshágase de encendedores, cerillos y ceniceros.
  3. Sepa qué cosas le precipitan el impulso de fumar. Sea consciente de las situaciones que le provocan el deseo de hacerlo. Luego, evítelas o piense en alternativas. La mayoría de las personas que están tratando de dejar el hábito dicen que los deseos de fumar pasan al cabo de unos minutos.
  4. Dígales a sus familiares, amigos y compañeros de trabajo que está tratando de dejar el hábito, y pídales a quienes fumen que no lo hagan cerca de usted.
  5. Pregúntele al médico acerca de chicles, parches de nicotina, inhaladores, comprimidos sublinguales, pastillas, atomizadores nasales o medicamentos de venta con receta que puedan servirle para dejar de fumar. Estos recursos también pueden ser útiles para calmar los síntomas por abstinencia de nicotina y para ayudarle a centrarse en las conductas y los hábitos que le provocan ansias de fumar. Es importante contarle al médico que está dejando de fumar, porque la nicotina altera la forma en que actúan algunos medicamentos. Si toma medicamentos, es posible que el médico tenga que ajustar la dosis de algunos de ellos después de que usted deje de fumar.

Vencer la adicción a la nicotina requiere más que fuerza de voluntad y resolución. Esté listo para los desafíos. La mayoría de las personas que tienen dificultades para dejar el hábito comienzan a fumar de nuevo en los tres meses siguientes a haberlo suspendido. La dificultad para dejar de fumar se debe muchas veces a los síntomas causados por la abstinencia, pero estos síntomas desaparecen con el tiempo. Incluso cuando la sensación de abstinencia física ha disminuido, es posible que se sienta tentado de fumar cuando esté estresado o deprimido. Esté preparado para esos momentos. El simple hecho de saber que ciertos sentimientos pueden precipitar el deseo de fumar le ayudará a controlarlos.

 

¿Realmente puedo dejar de fumar para siempre?

 

 

En el primer par de días y de semanas de haber dejado el hábito sentirá ansias de fumar, sentirá hambre, le  darán dolores de cabeza y tendrá estreñimiento. Todos estos son síntomas por la abstinencia de nicotina y van a desaparecer.

Para dejar de fumar durante mucho tiempo tendrá que estar en guardia. Si tiene un contratiempo, reconózcalo y vuelva a concentrarse en su plan y en su nuevo estilo de vida, que es más saludable.

Para centrarse en ese objetivo, recuerde los beneficios de dejar el hábito. El Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos afirma lo siguiente:

 

  • A los 20 minutos de dejar de fumar, la frecuencia cardíaca ha disminuido.
  • A las 12 horas de dejar de fumar, las concentraciones de monóxido de carbono en la sangre han bajado a valores normales.
  • A los 3 meses de dejar de fumar, el riesgo de sufrir un ataque cardíaco ha disminuido y los pulmones comienzan a funcionar mejor.
  • Al cabo de un año, el riesgo adicional de sufrir enfermedad arterial coronaria es la mitad del de una persona que fuma.
  • Al cabo de 5 años, el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular es igual al de una persona que fuma. Al cabo de 10 años, la tasa de mortalidad por el cáncer de pulmón es aproximadamente la mitad de la una persona que fuma.
  • Al cabo de 15 años, el riesgo de sufrir enfermedad arterial coronaria es igual al de una persona que no fuma.
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